Rosario

Se arrojó al agua...yo estaba allí también...de pronto emergió del agua frente a mí y me dijo: "Hola!!! Cómo estás???". "Bien, bien..."; alcancé a contestarle nerviosa y excitada al mismo tiempo. "Parece que estamos solo los dos...", dijo sonriendo seductoramente. "Así es...no hay nadie mas", le dije balbuceando. "¡Qué bien!!", dijo. "¿Cómo te llamas preciosa?", me preguntó. "Rosario", le contesté. "¡Mucho gusto Rosario, yo soy Gastón!!!", me dijo. "Encantada de conocerte!!", le respondí con una sonrisa. "Estás de vacaciones?, me interrogó. "Así es" le contesté..."Vos también de vacaciones?, le devolví la pregunta. "¡¡Síiiii...y solo!!!!", me dijo sonriendo picarescamente. "Vos estás sola o acompañada?"...."Sola también". De esta forma, las preguntas iban y venían, estableciendo una larga conversación. Le conté mi historia...ante lo cual se mostró muy admirado y sorprendido.
Me dijo que era muy linda, que estaba muy buena, cuando inesperadamente, me tomó de la cintura y me llevó hacia él...estábamos en la piscina, dentro del agua. Cuando mi cuerpo rozó el suyo, sentí su polla erecta entre mis piernas y me excité tanto, que no pude controlarme y lo besé. Él comenzó a acariciarme el culo y me llevó al borde de la pileta, me sacó el bikini, mientras él se bajaba la zunga, me dio vuelta, y se puso detrás mio y comenzó a frotar su pene contra mi cola, hasta que me la metió entera en el ano. Comenzó a bombear...sus embestidas eran fuertes y rápidas hasta que se corrió dentro de mi, llenando mi cola de esperma. Sentía como su semen abundante, caliente y viscoso, inundaba mi ano, mientras yo jadeaba con su polla dentro mio durante un largo tiempo. Luego fuimos a su habitación y allí me hizo el amor toda la noche. Sentí varias veces su semen en mi culo y en mi boca, incluso llegué a tragarme su leche. Esa noche me enamoré de él y, ahora estamos juntos, en una relación amorosa. Gastón me hace sentir plenamente mujer; y desde hace un mes, todos los días me regala mucho placer sexual, manteniéndome contenta y satisfecha; siendo gozada adentro, siempre por su enorme polla.