Size A A A

El amigo de mi padre

Estas últimas palabras excitaron aún más a Ricardo. Se notaba claramente su respiración acelerada y entrecortada. Las ganas las teníamos los dos, pero faltaba una cosa: tenía que contarle mi verdad a este hombre. No podía engañarlo, como no me gusta engañar a nadie. Además no era para mi motivo de vergüenza lo ocurrido en mi vida, así que no tenía causa para ocultarlo. Así por un largo rato, le revelé toda mi historia personal. Ricardo miraba sorprendido y en silencio; sin embargo, su modo de mirarme no había cambiado. Eso me tranquilizaba y me daba la certeza de que aceptaría mi condición transexual.
Cuando terminé de hablar me dijo seriamente: "Gracias por ser sincera!!! Lo valoro mucho. Seguramente querrás saber lo que pienso. Creo que fuiste muy valiente y te felicito por eso. Me gustan las personas que libremente y sin prejuicios hacen en la vida lo que sienten!!...Con respecto a nosotros...lo que me contaste no sólo no disminuyó en absoluto el deseo de estar contigo...sino que ahora, ese deseo es más fuerte todavía...eso sí...siempre y cuando tú no tengas problemas en estar con un viejo como yo". "Claro que no!!!!"; es más, también quiero lo mismo que tú"; le contesté guiñándole un ojo y sonriéndole. Él me dijo..."vamos a mi casa". Y así salimos del lugar, ansiosos de placer y de gozo.
Ricardo aquella noche inolvidable, me hizo estremecer. Apenas llegamos, nos besamos, nos acariciamos, nos sacamos la ropa, quedamos desnudos, me llevó a su cama. Fue increíble lo que disfrutamos. Le hice sexo oral, es un maduro muy dotado...le chupé su impresionante polla erecta, cabía toda dentro de mi boca. Mientras se la mamaba; el me puso lubricante en el ano y suavemente introdujo primero un dedo dentro y luego dos y tres. Mi ano estaba muy dilatado...perfectamente preparado para recibir su polla dura y grande. Me puso en cuatro patas, se puso detrás mío, y con suavidad me penetró hasta el fondo. Su miembro estaba totalmente dentro de mi cola. Sus embestidas pujando eran suaves al comienzo y progresivamente se movió más rápido. Más fuerte y rápido, mientras yo movía mi cola al ritmo de sus movimientos; mientras yo gritaba, gemía y hasta me hizo llorar por el clímax al que me había llevado. Estaba borracha de placer y extasiada.

Comments (0)
Last commented videos / Trending video comments / Most commented videos
Advertisment